13 ene 2010

Un vaso menos

Bueno, el tema es que yo vivía con un amigo, uno de esos amigos que patean para el otro córner. Mi amigo estaba en eso de la poesía y yo no tenía nada mejor que hacer esa noche. Nos tomamos un colectivo que nos dejó mal y caminamos muchas cuadras. Hasta que llegamos a la esquina de Juan B. Justo y San Martín caminamos unas veinticinco cuadras. Siempre girando porque en esa zona algo anda mal. Las paralelas se cortan con ellas mismas, una porquería. Total, llegamos. Era un evento doméstico del tipo “cuelga de poemas”. Era en una de esas casas apaleadas por la humedad, en la terraza sobre una soga había poemas colgados. El Gran Casas estaba terminando su lectura justo cuando tuvimos que entrar y mientras mi amigo saludaba en su silencio inmaculado de bibliotecario a otros afamados poetas yo me sentaba en el mismísimo lugar en el que un vaso de vino me abría el culo en dos. Me paré de súbito fustigando unos temibles pensamientos “ lo último que me falta es terminar la noche en el Durand ” Tomé coraje y en eso me saqué con la prudencia del perito y la pericia del cirujano el vaso del límite en donde la raya hacía fondo. Bajé unas escaleras, me metí en un baño con profuso olor a Pinolux y trepada al inodoro intenté hacer coincidir la imagen de mi culo con el marco del espejo. Sin rastros de sangre, rendijas, ni excoriaciones. La operación había sido un éxito. Subí de dos en dos los peldaños hacia a la terraza con la candorosa ilusión de que nadie hubiera notado mi retirada. Pero en el primer cruce humano post escaleras, una chica sencillita me preguntó si estaba bien, más adelante en una esquivada medio violenta, mi amigo me miró con cara de “qué te pasó ahora” y me preguntó lo mismo, pero más bajito. Esta vez me quedé parada bien al fondo contra la baranda de la terraza. “Un poco de aire me hace bien”, recapacité acuciada por el sudor naciente. “Siempre de frente, mejor”. Cosa de no andar mostrando el hilván. Cosa de no seguir pensando en el vaso, en el vino, en el baño, en el espejo. Pero el mapa de mi culo seguía nítido en la retina. En esas, el Gran Casas leyó: “todo lo que se pudre forma una familia”.

20 comentarios:

  1. mamma mía!!
    me hiciste acordar a mi vieja, que se soltó un segundo en el bondi justo cuando era obvio que iba a pegar un volantazo y quedó sentada a sus años en la falda de un flaco hermoso. Y no se levantaba porque no paraba de cagarse de la risa! yo no sabía cómo desaparecer del calor pero ahora le haría una estatua!

    y qué momento, ché... no hubo daños entonces?

    y dónde se puede leer "todo lo que se pudre...? ahora miro el link que pusiste.

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  2. Me hiciste acordar a mi vecino, a él le paso lo mismo, pero no hubo poema que cubriera el hecho, la risa fue instantanea.
    El chico dejo el vaso en la silla y no se olvido de eso a su regreso. Se sento como quien recorrio mucho trayecto -habria dado menos de 20 pasos- y se tiro a la silla!
    La escena siguiente consistio en una gran boca abierta gritando como si agua helada le hubiese caido. Me rompio la silla...el vaso intacto...

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  3. jajajajaja que le hace un vaso menos a esta humanidad beoda y expurgada. Hay que dinamitar las multinacionales!!!!

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  4. electra! on fire! cómo arrancaste el año...
    qué grande doña Tránsito Cucumarola! Ahora que lo pienso, tuve que tirar la oca, que era un poquito (o toda!) ella...
    ahí están los links del Hospital Gral. de Agudos,por si alguien es de la zona y no sabe bien si hay o no nosocomio cerca...
    y ese poema no está en la página, pero esa es su página...

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  5. Cuantas veces te dije que el vino no se toma por ahi!

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  6. Gael, esos fenómenos paranormales... Venir a romperse la silla y no el vaso... Intento configurar la escena y la secuencia viene así:
    el tipo padece algún tipo de transtorno, por ejemplo: pánico espontáneo en forma de crisis que suelen durar unos pocos minutos con miedo a morir, perder el control, volverse loco, entonces: se levanta, gira loco, intenta volver a lo que cree su sustento: la silla, enfila mal, pierde estabilidad, se sujeta a la silla con el peso tonto de la muerte, que ya de por si, es infinito, pero su culo percibe el vaso, y se sienta de coté para no romperlo, con toda la furia, su culo se expande, muerde el vaso, lo sujeta. La silla se hace astillas. Corte a: el tipo parado, con el vaso intacto aferrado a su culo.... algo así?

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  7. Kip_, vos decís que en lugar de romper vasos vayamos a las raíces de la plusvalía?

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  8. Gustavo, la idea es evitar daños colaterales o probar qué tanta adiposidad se concentra en las asentaderas?

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  9. estos de google están en todo, escribo el comentario y me piden, para reforzar la idea de que no soy un replicante que tipee: culokk...

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  10. jajajajaja, ves las mujeres pueden perder la cordura pero nunca la belleza. yo fui a comprar un cajon de cerveza, asi de guapo sin envases ni nada, y ya venia medio picado, semaforo en verde pero sin autos a la vista, se manda una motito de reparto de no se donde pierdo pie y se me va el cajon de una, el pibe de la moto frena, me pregunta estas bien?, yo estaba bien, pero de las seis cervezas se salvo una. agarre el cajon, la cerveza que quedaba viva y me tire en el fondo de mi alma a pensar de donde vendran tantas maldiciones.

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  11. Anónimo, no era la belleza era ver si me había partido el culo en mil pedazos (o la ropa... bah)
    qué desgracia lo tuyo, creo que puedo antipar un infarto en tales circunstancias ...

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  12. muy bueno en serio!!! me morí de la risa :)) y Casas es un genio!!! te felicito!

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  13. Terrible accidente, la sacaste barata.
    Y la colgada de poesía, estuvo copada??

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  14. Sra. dondeló... Casas tornó la noche preciosa pero yo estaba muy lejos para percibirlo.... en el vaso, en el vino, en el baño, en el espejo.

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  15. Srta Wendy, no me sorprende en absoluto. Conozco su manera de habitar los espacios y creo que la suya tiene un cierto arte en la torpeza inesperada pero que siempre es culpa de un tercero, no mintamos.
    Por otro costal yo también poseo una "anédota" pero que no me tuvo por protagonista, a dios gracias. Viaje al sur, todos adolescentes, casi cien. Mochila, ascenso a montaña decente, parada intermedia para los débiles. Y entre ellos, la pobre morochita torpe de piernas pesadas que no va y se sienta sobre su alforja que contenía un cortante en equívoca posición vertical, introduciéndose en el cuerpo de la víctima ni más ni menos que 7 centímetros. A pura nalga con 3 puntos, regreso poco triunfal al camping y todos todos todos comentando el infortunio. Final feliz - o no- está casada y tiene hijos.

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  16. Me encanto! Ya era hora que los consumidores de arte hagamos tambien algun sacrificio!

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  17. Yael, me sostengo con el pulgar y el índice los labios para que la risa no sea puro estruendo!
    Lo peor, sé que eso bien podría haberme pasado ... el que esté casada y tenga toda esa cantidad de hijos, me entusiasma, al menos no tendrá que andar contando por ahí, a qué se debe ese tajo en lugar tan certero!

    Akira, será la hora pero por qué a mí? Igual, te lo advierto, haré propio tu comentario, como alguna que otra frase que te tomé por asalto ...

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  18. que bajon, igual lo peor hubiese sido que al volver, casas hubiese improvisado un poema sobre como romper una copa de vino con el culo y sobrevivir al evento

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  19. Es verdad que Casas no hubiera notado mi ausencia ni mi regreso, fue un pequeño consuelo!!!

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